lunes, 8 de junio de 2020

La Sutileza del Yoga




Sabemos que el Yoga, mejora la flexibilidad, reduce el estrés, mejora la capacidad pulmonar, aporta un bienestar general, y un largo etc. Estas son solo modificaciones que se dan en todas las personas, como consecuencia de la práctica. Son mejoras, sumamente importantes, que hacen a la calidad de vida y que se pueden observar. Es la mejora que se ve, que también se puede medir y percibir. Sería algo así como las hojas del árbol. Pero el Yoga ahonda, a niveles más profundos, más sutiles, produciendo transformaciones que solamente puede percibir la persona que lo práctica. Este aspecto más profundo sería la raíz del árbol.
Esta sutileza tiene implicancia en todas las dimensiones de la persona que practica. Es decir, en el cuerpo físico, en el sistema energético, en el complejo mental, emocional y por supuesto espiritual.

Con respecto al cuerpo físico, no solo seremos más flexibles. Sino que estableceremos una estrecha conexión con el cuerpo, desarrollando un gran sentido de propiocepción. EL cual nos permitirá escuchar al cuerpo en distintas situaciones, observando su postura, regulando el tono muscular apropiado para cada situación, es decir, sintiendo la sutileza que posee el cuerpo físico y construyendo así una corporeidad más integra y saludable.
En relación al cuerpo energético, es de por sí sutil, siendo el sistema de Chakras su principal elemento constitutivo. A nivel general, podemos decir que todo lo que afecta al sistema energético afecta a las otras dimensiones (física, mental, emocional y espiritual) y todo lo que afecta a esas dimensiones afecta al sistema energético. Creando así una gran interdependencia. El Yoga actúa como un gran armonizador de dicho sistema. Previniendo bloqueos, estancamientos energéticos, etc.
Por su parte, el complejo mental, y gracias al trabajo meditativo, la mente rumiante e inquieta es atenuada. Trayendo calma a la mente. Pero, a nivel sutil, y gracias a la práctica sostenida en el tiempo, se desarrolla el Buddhi. Ese aspecto sutil del complejo de la mente, que nos permite discernir. Dando lugar a una mente que actúa, ya no de manera reactiva, sino de manera consciente. Una mente que tiene la capacidad de establecerse en el presente y que no genera sufrimiento por sí sola.
Con respecto a las emociones, no solo las reconocemos (que no es poco), sino que aprendemos a encontrar su lado sutil. Por ejemplo en un enojo, nos podemos preguntar ¿qué se esconde detrás de este enojo? Dejando que la emoción sea ese maestro que nos viene a enseñar algo a través de las sensaciones.
Finalmente, poco podemos decir del aspecto espiritual. Pero sí, quizás lo más olvidado, que es que cada práctica de Yoga la hacemos con el objetivo de acercarnos a Moksha (liberación espiritual). Porque cada escuela de Yoga, cada sistema original de la práctica, posee un objetivo espiritual. Lo demás no son más que añadiduras.

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