La Expansión de la Consciencia

Recientemente, le pregunté a Ramiro Calle, cómo definiría a la Consciencia. Y él me dio una respuesta, que me parece muy digna de compartir. Me dijo: “La Consciencia es la capacidad de darse cuenta”. Esta definición me parece de gran relevancia, primero porque es una definición libre de toda creencia religiosa. Afirmando esto, no niego otras definiciones en ciertos contextos espirituales y religiosos. Por otro lado, es una definición que nos invita a reflexionar sobre cuando se daría esta expansión de la Consciencia e implícitamente el por qué es necesario dicha expansión.
Tenemos dos maneras de transitar la vida, una es viviendo y actuando como un autómata, que es como lo hacen la mayoría de las personas. Esto quiere decir accionar por inercia, sin cuestionamiento y sin el más mínimo discernimiento.
Otra es la de vivir conscientemente. Vivir conscientemente, significa, tener la capacidad de parar en ese momento presente y observar si la acción que estoy por cometer es integradora. O al menos si simplemente amerita a la situación que se desarrolla en un determinado contexto. Dicho esto, subyace aquí, un concepto yóguico, que es el de Karta Drashta. Karta, tiene que ver con la acción y Drashta con el observar. O sea que el Yoga nos pide presencia y observación de la acción. Algo no muy distinto a la propuesta de Patanjali, del que hemos hablado en artículos anteriores.
Cuando hablamos de expansión de la Consciencia aparece el estereotipo del chamán que, a través de distintas sustancias, ampliaba su campo de percepción y descubría aspectos ajenos a las demás personitas mundanas. Con la New Age, esta expansión se comenzó a asociar con la Ayahuasca, Viajes Astrales y demás cosas por el estilo. Pero lo que quiero resaltar en este presente artículo, que esta expansión se pone en juego en aspectos más cotidianos cuando, por ejemplo, tengo en frente mío determinada comida y decido simplemente no comerla porque sé que hoy no es lo mejor para mi cuerpo. Es decir que esta expansión, como decía mi maestro, se va dando de los aspectos más toscos (cuestiones que tienen que ver con el cuerpo físico) hasta aspectos más sutiles (cuestiones que tienen que ver con otros cuerpos más sutiles de la persona).
Concluyendo, podemos afirmar, que esta expansión de la que estuvimos hablando se hace presente cuando dejo de actuar de manera reactiva por estímulo-respuesta. Y cuando, me percato de esto, quizás comienza la verdadera senda del Yoga. Porque, cabe recordar que la práctica Yoga no solo se da en el mat o colchoneta. Sino principalmente en la vida cotidiana